El poder de la soledad:

 Anatoly Krynsky- Una vida para el arte

Por Gaither Stewart

 Agosto 2000

 

Solitarios, aislados, y un poco distraídos nada más, los hombres de piedra observan la triste escena que se desarrolla bajo sus ojos. Las pequeñas estatuas truncadas están sentadas en la cornisa superior como espectadores mudos de lo demoníaco del extraño payaso que danza al golpe quedo de un suave tambor y una balalaica melancólica. Las siete figuras saturan el espacio limitado del grabado: el payaso dominante, dos músicos miniatura, y los cuatro observadores de piedra que están sentados en lo alto.

Son los solitarios hombres de piedra, las imágenes de las estatuas silentes erguidas frente al instituto de la naturaleza en Kharkov, el pueblo natal del artista. Estos son los hermanos de miles de estatuas misteriosas del siglo VI abandonadas allá en las infinitas estepas del sur de Siberia y en la antigua patria ucraniana del artista neoyorquino Anatoly Krynsky.

"World of the Dolls" series/"Shaman"
1984; 10" x 13"

 

"World of the Dolls" Series
1984; 10" x 13"; Etching

La serie de Krynsky titulada “El mundo de muñecas” no es lo que el nombre sugiere. No es precisamente algo para colgar en las paredes de la habitación de una niña; sus imágenes son magia y son mágicas, sí, pero también son oscuras y extrañas. Cada una de las figuras solitarias del enigmático grabado regado en la mesa de su estudio en Manhattan, expresa la misma soledad y aislamiento de los otros personajes que pueblan las pinturas y los grabados de la colección. Si se observa esta colección y se compara, se puede ver en las muñecas la misma soledad y el mismo aislamiento que notamos en el español que está frente al pelotón de fusilamiento francés en el “3 de mayo 1808”de Goya. Es la soledad y el aislamiento y la desesperación del famoso grabado de Durero, "Melencolia I". La prensa de grabados de media tonelada se yergue como un elefante manso pero invasivo en el centro del congestionado estudio del maestro Anatoly Krynsky en la parte trasera de su ennegrecido apartamento de último piso en el lado Este de Manhattan.

 

El artista confuso contempla afectuosamente al gigante de hierro. Con ademán fatalista, se encoge de hombros ante la idea de que podría desplomarse, atravesar los pisos inferiores y provocar un colapso progresivo del viejo edificio sombreado por el hospital Monte Sinaí. La prensa, dice, no se ha tambaleado, después de todo, ni el piso ha temblado durante los veinticuatro años desde que llegó aquí de la entonces represivo-permisiva Moscú.  El artista acaricia a la consentida imprenta Pelikan. Se me ocurre que la gigante es un símbolo de la vida de Krynsky consagrada al arte. Porque aunque el maestro imprime un número limitado de copias de cada grabado y luego pinta en la parte de arriba de cada uno de modo que constituye una pieza única, su mundo artístico es sin embargo tan vasto que no tiene límites- la obra de Krynsky es arte total.

"World of the Dolls" Series/"Pretty Doll"
1984; 15" x 18"; Etching

 

"Face to Face" Series

1991; 20" x 28"; Color Print

El visitante mira alrededor del estudio, desconcertado, primero con ojos que no ven, como cuando uno busca un rostro en un autobús atestado de gente, sólo entonces los objetos se separan y cada uno asume su propia identidad. Milagrosamente el orden emerge de la confusión. Cada objeto desempeña un papel y parece definir las diferentes etapas de su vida: una silla de Nueva Inglaterra de un viaje a esquiar en Vermont, un escritorio antiguo de una venta de patio en Long Island, un fichero de madera en cuyas puertas el artista había pintado escenas de sus adorados centauros, un caballete embadurnado de pintura que data de sus días en Kharkov, un tigre de bronce en miniatura de una dura travesía por Siberia, un reloj de pared tirolés de su estadía en Italia y un icono Novgorod de su colección privada. Y en las paredes completamente cubiertas de su estudio: un pesado relieve en arena, una pintura al óleo del parque central y un grabado del mágico Stonehenge. En la medida en que su visión se amplia, las figuras como de sueño de los centauros, contorsionadas y enigmáticas emergen por todas partes: saltan, brincan y hacen cabriolas por todo el estudio, de un lado para otro por los corredores  oscuros del apartamento, desde las puertas de los gabinetes de la cocina a las puertas de los roperos en un dormitorio, hasta los paneles en la locura de la Boa Constrictor- el cuarto de la computadora.

 

 Los centauros crean una atmósfera en la que se tiene la sensación de intemporalidad. Reina lo impredecible. Grecia y Roma compiten con Nueva York y Moscú. Los centauros, al estar en perpetuo movimiento, parecen ser innumerables secuencias fílmicas, que de alguna manera encajan juntas para producir el ideal de arte del artista. La esencia de su arte. Y el centauro, ¿qué significa?- uno se pregunta. Es un misterio. Un misterio seductor. El artista no dice lo que significa. De nuevo se encoge de hombros.

"Centauriad"
1986; 20" x 28"; Color Print

 Sólo responde que comenzó a pintar los centauros en los 60 en Moscú como protesta en contra del arte oficial reinante del Realismo Socialista.

 

"Princess"

1981; 17" x 22"; Color print

“El centauro ha sido durante mucho tiempo un tema especial en mi trabajo. He ejecutado centauros en materiales diversos: en escultura, relieve, pintura, y gráficos; lo que me ha permitido, con cada año que pasa, diversificarlos y ahondar más profundamente en este mundo encantador de la mitología antigua.” Uno tiene que quedar satisfecho con eso. Sólo aventura eso. En cambio el cenit de la actual popularidad de los centauros debió ser la exhibición retrospectiva de Krynsky en el senado de los Estados Unidos en Washington, DC, unos diez años atrás; exhibición protagonizada por los centauros, que bailaban, se tambaleaban y se estiraban para alcanzar la expresión de su arte total. La esencia de su arte parece estar en algún lugar de la imagen solitaria del centauro galopante en una pintura del senado o en una puerta del gabinete de una cocina.

 

También se comienza a entender que hay que buscar a Krynsky-hombre principalmente en su arte, ya que es sinónimo de su vida. Se encuentran más respuestas sobre el artista en sus centauros que en sus opiniones sobre política nacional o eventos internacionales.

Pero de todos modos uno se pregunta todavía: ¿Quién es este hombre llamado Anatoly Krynsky? ¿De qué planeta descendió? ¿Es la máscara o es el hombre escondido tras una de sus propias máscaras?     Poco se aprende al preguntarle al artista sobre sus opiniones, o sobre las cosas que le gustan y las que no, o acerca de sus antiguos profesores o de la influencia de otros artistas.

De todos modos, él prefiere hablar de budismo y medicina tibetana o del misterio de Stonehenge y de las pirámides aztecas.

"Face to Face" Series/"Clown"
1986; 24" x 30"; Oil on Canvas

“Es inútil hablar de mis primeros años como artista excepto por el corto período después de que conocí en Kharkov al famoso constructivista Vassily Yermilov y al artista vanguardista ruso Boris Kotare. Ellos revolucionaron mi conciencia artística. Hasta entonces había copiado ciegamente la naturaleza o simplemente ejecutado mis estudios diarios, sin ninguna comprensión de su verdadero significado.”

 

"Still Life" Series/"Violin by Window"

1986; 32" x 48"; Tempera on Canvas

Anatoly Krynsky se le ha puesto erróneamente la etiqueta de constructivista. Esta definición es demasiado limitante para el artista completo que ya como un joven adulto había dejado atrás a sus antiguos trabajos del período en que estudió bajo la tutela de Yermilov en el instituto de arte de Kharkov, para optar por temas como “el hombre” y “la ciudad”, o “la dualidad del hombre y de la vida”, obras que en esa época ya ejecutaba en su estilo cubo-futurista iconográfico. Pasó por los periodos subsiguientes como un ciclón, llevando algo de cada período al próximo.

 

El suyo [es] un arte a la carrera marcado por un ciclo de máscaras vinculadas al antiguo Egipto, por largos años de experimentos con el relieve basados en el uso de arena, pintura y metal, por los estudios avanzados de la naturaleza muerta como un vínculo con la antigüedad, y hasta por los paisajes italianos pintados para sus exhibiciones en Bolonia y Roma en los años 70.

Krynsky, en todas las fases, ciclos y series de su arte y durante dos emigraciones (primero de su pueblo natal, Kharkov, hacia Moscú, y después de Moscú hacia Nueva York)  ha continuado dedicando su mayor atención a la pintura al óleo.  Su exhibición reciente en una galería neoyorquina consistía, en su totalidad, de grandes óleos del parque central de Manhattan.

"Mystery of Central Park" Series

"Old Bole"

1997; 36" x 40"

 

"Mystery of Central Park" Series
"Spring Color"
1996; 28" x 48"

"Mis años en Nueva York los he vivido justo al lado del  parque central y no podía permanecer indiferente a eso. Le he dedicado mucho tiempo y muchas pinturas a sus árboles y flores. En especial me fascinan los árboles de cereza japoneses,- la magnífica forma caprichosa de sus troncos, y cuán hermoso es cuando florecen cada primavera y el parque estalla en color – las magnolias y los manzanos silvestres y los árboles inclinados hacia el suelo alrededor del lago Belvedere.”

 

Pero a pesar de temas tan entretenidos como lo son las travesías y la naturaleza, él es el artista que está eternamente en búsqueda del rostro que esconde la máscara, tal como lo demuestra una serie de obras bajo el nombre general de FACE [EL ROSTRO] inspirada por sus visitas semanales al Museo Metropolitano, principalmente a la sección egipcia.

“De la misma manera los payasos siempre me han fascinado – el colorido y el inusual espíritu innovador de estas personas mágicas que, nos observan amistosamente con sus sonrisas tristes y lejanas. Asimismo la imagen del rey, tan aislado, tan misterioso.”

"Relief" Series/"Jester"

1988; 22" x 30"; Sand, Mixed Technique

 

"Reliefs" Series/"Old Man"

1988; 24" x 28"; Sand, Mixed Technique

Y luego, de vez en cuando, y bajo la orden del maestro, la leal imprenta Pelikan produce grabados, de forma prudente y parca, como si quisiera quedarse con los silentes originales,-ahora el ciclo de Stonehenge, luego las variaciones de sus más antiguos dibujos del rostro de una mujer o de un niño. Dice que la técnica que utiliza de grabado de los objetos que lo rodean lo ha ayudado a lograr el grado de expresividad que necesita.

“Sin embargo, una vez comprometidos con el lienzo o la imprenta, mis personajes parecen abandonarme. Uno jamás puede recuperarlos. Y sé que yo también debo dejarlos abandonarlos. Si los personajes en "El mundo de las muñecas" me han abandonado, entonces yo también los he abandonado. Aquellas figuras silentes de piedra se encuentran allí, solas, como lo han estado durante siglos."

 

"Esta es la doble soledad. En el Edén  de mi fantasía, el creador y el personaje estaban unidos. Pero tras el acto de la creación, están destinados a ser siempre separados, sintiéndose orgullosos e independientes como un hombre cara a cara con Dios, aunque solitarios y anhelando volver a estar unidos.”

El genio alado de Durero también está sentado en una pose reflexiva rodeado por varias herramientas: un compás, balanzas, un reloj de arena, y un cuadrado mágico de 16 números, en el cual cada fila suma 34. El artista desesperado languidece bajo la mirada de un perro, un querubín y un murciélago que sostiene la inscripción “Melencolía I”.

"Blue and Red" Series/"Man and Woman"

1980; 34" x 64"; Oil on Canvas

 

"Still Life" Series/"Ship with Venetian Vase"

34" x 40"; Tempera on Canvas

Aunque el significado de la obra de Durero es incierto, se puede intuir que la interpretación implica la relación que existe entre la melancolía y la creatividad. Al entender esto, se llega a la conclusión de que la melancolía es esencial para la creatividad. Porque qué mayor melancolía que la que hay en la pareja en el almuerzo frugal de la pintura de Picasso,- el hombre demacrado con un brazo que arropa los hombros huesudos de la mujer que lo acompaña, cada uno mirando en direcciones opuestas, cada uno solo en su soledad común. Desesperados pero lacerados por la nostalgia, la nostalgia natural de Picasso por otra existencia. Una nostalgia que lleva al artista de vuelta a su soledad natural- porque una cosa si sabe: sabe dónde reside la creatividad.

 

Man and Woman

1982; 48' x 48"; Oil on Canvas

De la sordera y del exilio de Goya, así como también de la meditación de Durero en “Melencolia I”   emerge la siguiente fórmula: soledad, melancolía, desesperación, inspiración, originalidad y creatividad.

Pero esta también sugiere la fórmula inversa: sociabilidad, placer, júbilo, moda, imitación, y la no-creatividad.

Krynsky: “Sé que necesito de esa soledad-  creo que es instintivo. De alguna manera sé que la verdad reside allí.”

Lo mismo sucedió con el Goya maduro que ejecutó el “3 de mayo de 1808”. Desconcertado, solo y deprimido por su sordera, Goya había adquirido la libertad total y podía seguir cualquier capricho de su imaginación- y no los dictados de la moda- para expresarse. Su libertad y su expresión se nutren de su soledad, aislamiento y melancolía.

El resumen de Krynsky, en cambio, es reductivo y desconcertante: “La serie El mundo de las muñecas se la debo también a la colección impresionante de muñecas de mi hija, por lo que decidí inmortalizar algunas de ellas y el mundo mágico de la imaginación de los niños.”

Sin embargo, en las obras de Krynsky, la soledad de los payasos de su serie “Clownad”, y de todas esas antiguas estatuas parece irradiar el misterio de la eternidad. Los menhires  y dólmenes de Stonehenge y Carnac, las esculturas de deidades mayas y olmecas y las mujeres polevetskiye de Ucrania, las esculturas en piedra de Siberia y el Stoanere Mandlin (los hombres de piedra)  de las regiones tirolesas y una vez más los silenciosos hombres de piedra en “El mundo de las muñecas”  de Anatoly Krynsky, se revelan ante nosotros como el lado interno de la percepción del artista.

Irónicamente, cierto éxito económico que tuvo Krynsky en los años 60 y 70 en la ex - Unión Soviética también cambió su vida de manera fundamental. Como muchos artistas y escritores de la época, gozó de cierto éxito material al trabajar como ilustrador para revistas como la MOLODAYA GVARDIA y la KRUGOZOR, para la Agencia de noticias APN,  y, como“artista oficial” en una variedad de proyectos estatales. “Eso quizás parezca positivo pero la realidad es que no tenía tiempo para mi propio arte. Así que decidí tomar el paso mas importante de mi vida- emigrar con mi esposa e hija hacia los Estados Unidos.”

            “Sin embargo, mi primera emigración” explica, “no fue mas fácil que mi emigración hacia los Estados Unidos. Quienes conocen un poco de la Unión Soviética entenderán cuán difícil era antes mudarse de Kharkov  a Moscú. En aquel entonces, tuve que divorciarme legalmente de mi esposa y contraer un matrimonio ficticio sólo para obtener un permiso de residencia en Moscú.”

            “De modo similar, a pesar de que durante cuarenta años he sido un artista profesional, todavía me siento como un explorador en el mundo del arte, lo cual creo que es evidente en todas mis obras. Y los exploradores son, por naturaleza y elección, personas aisladas y solitarias.  Cada individuo tiene que encontrar el camino que lo lleve hacia la expresión personal,  así como también debe encontrar su  carácter  y  estilo personal. En ese sendero experimenta todas las dificultades y alegrías existentes. Algunos tienen éxito. Otros caen en el olvido. Creo que esa búsqueda solitaria constituye la base de toda persona creativa.  Mi vocación como artista- explorador siempre me ha ayudado.”

 La parte principal de la obra de Anatoly Krysky avala su lealtad al espiritualismo bizantino, el cual alaba con una voz nueva, y logra aperturas inesperadas hacia la cultura occidental. Ha sido capaz de transformar el misticismo oriental dentro de la riqueza polifónica de Europa. Su obra demuestra que el arte es el lugar donde reina la libertad, una libertad que tiene que ser disciplinada para evitar que ésta se degenere y se convierta en anarquía. Sus centauros danzarines no son pura emoción e inspiración lírica.  En esta serie, al igual que en sus previas obras constructivistas  y cubistas,  poco o nada se deja al  azar. “Algunas de estas pinturas quizás den la impresión de ser confusas y caóticas” dice Krynsky, “pero le aseguro que no es así en lo absoluto,  porque por encima de todo,  amo la regla que corrige la emoción.”

 Krynsky, solo en esa habitación con su imprenta de grabados Pelikan y entre sus centauros, máscaras, reyes, muñecas solitarias, relieves de arena, árboles del parque central e iconos rusos,  llega a confundirse con sus personajes. También se lamenta y se queja de que siempre está solo. “Con todo”, admite, “necesito esa soledad para poder buscar la verdad en mi trabajo.  Porque sé que la verdad habita allí.”

Para más información sobre Anatoly Krynsky, diríjase a su página Web en:

www.anatolykrynsky.com

             Puede contactarlo en: pkrynsky@stny.rr.com

UD. Puede contactar a Gaither Stewart en: gaitherstewart@libero.it