EL ENCANTO DEL CINE
CRITICAS CINEMATOGRAFICAS
POR MALCOLM LAWRENCE

 

Pink Floyd, The Wall

Dirigida por Alan Parker

 

"The Wall", el álbum de Pink Floyd, impone al mundo musical una obra con la ansiedad desmedida de una estrella de rock totalmente consumida, que maldice a su entorno por haberla obligado a construir una "pared" contra aquél y sus torturas, triviales y oportunas.

Ahora bien, la versión fílmica ofrece un telón de fondo al conocido álbum, mientras que la adaptación literal del director Alan Parker ataca los sentidos, ingresando en la mente de un personaje llevado hacia el límite entre la genialidad y la locura debido a las presiones de la realidad.

Salvo por el cambio del tema "When the Tigers Broke Free" por "Hey You", el material del álbum se utilizó íntegramente. Varios temas fueron re-elaborados;

se hicieron un poco más lentos y mucho más densos que los originales, poniendo al descubierto todos los matices agudos del sonido de la película.

Roger Waters, bajista de Pink Floyd y eminente ideólogo de la película, sabía exactamente cómo reaccionaría su público frente a ésta, al igual que frente al poster que diseñó, en el cual refleja vívidos momentos de varias escenas, desparramados alrededor del abstraido personaje principal. Tiene razón: uno no recuerda la película como un todo, es más, uno se encuentra más propenso a recordar un cúmulo de imágenes exageradas que, de alguna manera, han rodeado a Pink (interpretado por Bob Geldof, cantante de Boomtown Rats).

Sin embargo, las imágenes reflejan una especie de poesía demente. La sangre, goteando en una pileta o en una tina llena de espuma de afeitar, muestra en la película una imagen exquisita, al igual que la luz, representada en el fósforo y en el tubo fluorescente, parece dar calidez a la vez que tiñe las distintas escenas con un resplandor opresivo.

Criticar "The Wall" es completamente distinto a hacer la crítica de otras películas de álbumes, como "Quadrophenia" o "Sargeant Pepper", porque "The Wall" fue concebida como obra de arte didáctica, en lugar de dramatizar el concepto y los temas del álbum se intenta explicarlos.

Los temas universales sobre el amor, el sexo, la guerra y la opresión se unen a cada escena, mientras Pink intenta racionalizar de alguna manera su mundo. En varias escenas, uno casi puede escuchar a Waters describir cómo él quiere que se filme la escena para representar tal o cual tipo de simbolismo.

"La letra de la canción dice, su esposa gorda y psicópata", Waters puede haber explicado a Parker, "pero eso sólo representa su percepción deformada de ella". En realidad, ella sólo es una esposa común que utiliza su fachada implacable para ´instilar´ en él el comportamiento perfecto que a él le falta. "¿Entendés? Bien, filmémosla desde el suelo hacia arriba, para mostrarla con un tamaño más grande que el natural y que [con este paneo] inspire un poco más de respeto".

"The Wall" como historia es tan líricamente complicada, que el álbum, por contraste, no puede simplificarse en un análisis de significados exactos. La película mantiene esta variedad de interpretaciones mediante el uso de las imágenes como si fuesen capas que, a veces fluyen y otras veces colisionan entre sí. Por ejemplo, las animaciones de Gerald Scarfe pueden mostrar la metaformosis de una paloma en un símbolo de la Alemania Nazi, pasando por la Fuerza Aérea Real, para llegar finalmente, a las ruinas de Inglaterra, echando por tierra todo mito sobre el Ave Fénix.

Scarfe también es efectivo en el acompañamiento visual que realiza de la versión más larga de "Empty Spaces", como el pasaje de un tema a otro en "Shooting Superstars" se evalúa con sarcasmo. Y la tierna escena de amor entre dos flores irrumpe en una violenta violación, mientras el pistilo y el estambre luchan entre sí sin compasión.

El punto central de la película radica en que Waters, como cualquier estrella de rock, tiene la habilidad de transformarse en un dictador facista, en casi la misma clase de guerra que destruyó a su padre, la piedra angular de su pared. Y en que el rock & roll se transformó en una religión (o Reich) con la misma jerarquía y ceremonial que una sociedad socialista. El público sin embargo, no es consciente de todo esto y tampoco lo fue durante casi treinta años.

"The Wall" tiene el material para ser una hora y media de deprimente celuloide, o una herramienta brillantemente colorida y aguda que nos sirva para ver hasta dónde permitiremos que manejen nuestras vidas quienes nos entretienen y viceversa. Cuando salí de la sala, después de haber visto la película, una adolescente comentó a sus amigos que ésta había sido la película más estúpida que había visto después de "Altered States". Irónicamente, Waters hizo esta película pensando en ese público.

Traducción: Patricia Melgar