Casino

Dirigida por Martin Scorsese

 

Tomando lo que cierta vez dijo Gertrude Stein, hablando de Oakland, en Las Vegas no existe nada de NADA. No hay puertos para la importación y exportación comercial, no existe la plaza típica, ni siquiera hay vecinos que hayan evolucionado naturalmente. Es un lugar totalmente fabricado y en “Casino” se ilustra cómo y por qué este lugar duró para evolucionar según lo planeado en los últimos treintitantos años. “Casino” constituye un retrato gigantesco de Las Vegas, sumamente funcional y en video no se aprecia tanto como en la pantalla grande. Filmada en Súper 35mm, “Casino”es como una tela inmensa pegada contra la nariz del espectador, que refleja el funcionamiento interno del casino de Las Vegas, de cuando era subsidiado por el dinero de los Camioneros Profesionales. Es el retrato de una época pasada hace mucho tiempo, allá cuando los traficantes conocían tu nombre, lo que bebías y a lo que jugabas.

Al igual que “Buenos Muchachos” muestra en una especie de visita guiada cómo uno se convierte en gángster, “Casino”es una visita guiada a través de la perversidad de Las Vegas, donde uno aprende el mundo de los gestos y matices, de la lealtad y hegemonía, del protocolo y la etiqueta, que ha sido barrida por el paso del tiempo, de la indiferencia de la Mafia y del dinero de las corporaciones, que describe en doloroso detalle cómo funcionaban los casinos y cómo el dinero, TONELADAS de dinero, era “tocado como a la ligera” por detrás y se lavaba en el almacén de mami y papi en la ciudad de Kansas todas las semanas.

Hubo muchas críticas sobre la duración de esta película (2 horas, 45 minutos), pero con ello sólo se intenta subestimar la amplitud con la que Martin Scorsese trabaja. Si esta película es demasiado larga, entonces también lo son las películas de "El Padrino". Cualquier fanático de las películas sobre la Mafia comprenderá perfectamente que el nivel de malicia asociado con el mundo de los gángsteres no es algo que se pueda recortar y acomodar para ser colocado en un lindo paquete. Aquí los temas son el delito contra la perversidad y cada uno de los siete pecados capitales es investigado y tenido en cuenta. Si se tarda un poco en desenmarañar las consecuencias de estas situaciones, teniendo en cuenta el alcance de su repercusión, entonces, que se tarde. Cuando la vi por segunda vez, pude descubrir cuántas cosas me había perdido la primera vez. Como estoy seguro, cuánto más seguiré descubriendo cada vez que la vuelva a ver (igual que con “Buenos Muchachos”).

Esta película no es una simple historia de codicia y libertinaje, es una visita guiada a través de la perversidad, como dijo Yves. El personaje de Sam "Ace" Rothstein (en la piel de un Robert De Niro parecido a Lyle Lovett después de firmar un mal contrato) no escatima esfuerzos para que el público aprecie cuán hipersensible debe ser el dueño del casino, como cualquier dueño de un casino, ante el MÁS MÍNIMO DETALLE dentro de su local, donde la gente está usando permanentemente cuanto método creativo se le ocurra para intentar hacer saltar la banca, especialmente cuando la raison d´etre de un casino no es justamente dejar que alguien gane, sino que siga jugando. Esto es también una especie de servicio al público por parte de Scorsese, una advertencia para la clase media, que ha desarrollado una relación de servilismo total con el lugar, desde que el mundo de los gángsteres se retiró para siempre, a principios de la década del ´80, dando paso a las grandes corporaciones. Aunque las técnicas narrativas son muy parecidas a las de “Buenos Muchachos”, con lo que bien podría llamarse “Los Buenos Muchachos van a Las Vegas”, el personaje protagónico de Ray Liotta logrado en aquélla película (quien, sin duda, pudo glorificar el mundo de los gángsteres) no se encuentra en Casino. En realidad, no existe un protagonista único en esta película, sino un contrapunto entre Ace y Nicky (Joe Pesci) y la amistad y las luchas encarnizadas en las que se ven envueltos, dada la naturaleza de sus respectivos negocios. (En realidad, hacia el final de la película se presenta una tercera voz en off, que se utiliza en una escena clave para resaltar el hecho de que, en cualquier momento dado, sólo una persona puede sostener TODAS las cartas del mazo.) El relato del narrador es compartido por Ace y Nicky y es como si la película hubiera transcurrido durante casi una hora entera cuando uno comienza a darse cuenta que la voz del narrador ya no está. Para repetir la cantidad incesante de detalles que el dueño del casino debe seguir de cerca, no sólo se lanza contra el espectador una tonelada de información sino que también se realza la distancia narrativa, creando de esta forma una especie de sostén espiritual. Ya desde la primer escena, Ace afirma, "Teníamos todo y lo arruinamos, fue una GRAN EPOCA". El resto de la película es casi como una especie de hermoso arco parabólico, que atraviesa la destrucción desde el interior del hotel de los Tangiers.

Sharon Stone, actuando de Ginger, tiene la oportunidad de mostrar en escena su imponente presencia durante sólo media hora antes de comenzar a actuar, y cuando lo hace, realmente demuestra que puede hacerlo. Jugando a desempatar a De Niro no hay forma de que afloje y su papel, primero como la joyita de De Niro, luego como su esposa y a continuación, como una madre groseramente descuidada, es excelente. Debería obtener una nominación por su actuación y muy probablemente también, ganar. (Ver el artículo suplementario “Heaven or Las Vegas?” con un comentario más cabal sobre su participación).

El uso de la banda sonora de Casino es prácticamente como un ejemplo tomado de un libro de texto sobre cómo usarla con eficacia para presentar y definir a los personajes. Con una mezcla entre los mejores éxitos de KIXI (para recordarnos que estamos en Las Vegas) y los recordados blues (para ubicarnos en las escenas en Chicago que muestran el "regreso a casa"), esta película utiliza las canciones para describir la historia, como lo hizo George Lucas para presentar la narrativa de su película, American Graffiti en 1973. Dado que Scorsese no utiliza un compositor para sus películas, sus conocimientos sobre el tocadiscos automático de monedas deben ser (y obviamente lo son) enciclopédicos. Uno de los toques más refinados de esta película es su manera de hacernos prestar atención a los Rolling Stones con el personaje de Lefty, en una especie de paralelismo con los “nuevos” blues importados abriéndose paso hacia la era de los blues indígenas, con los que la película inicialmente identifica su género. De las DOCENAS de canciones de la banda sonora, la única canción que Scorsese utiliza hasta el final es de los Stones, “Can´t You Hear Me Knocking?” Cuando se escucha el riff de apertura, el personaje de Joe Pesci acaba de ser admirado, por octogésima sexta vez, por todo el Casino de Las Vegas. Su nombre se encuentra en el pequeño libro negro, cerca del nombre de Al Capone. Durante los siguientes siete minutos de canción, (“¿No me escuchas golpear tratando de  regresar a Las Vegas?”), Scorsese muestra cómo Nicky pudo recuperar gradualmente su categoría y no sólo regresar a Las Vegas por sus propios medios, sino también suplantar a su amigo Ace. Se trata de una secuencia absolutamente imponente, perfectamente cronometrada y editada con los tiempos de la canción. Thelma Schoonmaker (también editora de Buenos Muchachos, quien perdió el Oscar ese año por el trabajo de Neil Travis en Danza Con Lobos) este año debería ganar el Oscar por este trabajo. En realidad, verdaderamente creo que este año debería ser de Marty. Por ser un hombre injustamente ignorado durante más tiempo que el mismo Spielberg, esta película debería barrer con todo este año. Aunque posiblemente, Casino se encontrará cabeza a cabeza con Carrington en cada una de las categorías más importantes: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor (De Niro Y Pesci), Mejor Actriz (Stone), Mejor Guión, Mejor Edición, Mejor Dirección Artística y Mejor Vestuario. Hablando del vestuario, aparentemente De Niro hace 52 cambios de vestuario y Pesci 40, ¡sin mencionar siquiera las corbatas! El guardarropas de Stone también es bastante abultado.

Don Rickles y Alan King se ven bien en sus actuaciones de reparto, si se las puede llamar así. Sólo integran el reparto, al igual que el gran número de personas que conforma el mundo de los gángsteres, por cómo se muestran y se conducen. Simplemente, es gente que uno jamás vuelve a ver, como si fueran reliquias de otra época, que van a parar a esa gran casa de bifes de costilla de primera ubicada en el cielo.

No quiero decir nada más, porque esta película es una fiesta visual que se debe vivir, como si fuéramos a buscar lo mejor de Scorsese.

La película se basó en el libro homónimo de Nicholas Pileggi, que fue lanzado al mercado en forma simultánea. En el libro se usaron los nombres originales de las personas reales; sin embargo, se cambiaron en la película. En un intento por estar un paso más adelante que los abogados.

 Traducción: Patricia Melgar – Ago. 1999 – pmelgar@wamcomputers.com.ar